Francisco Bochatón en Ultra (17-IV-2013)


De tanto escucharlas, cierto tipo de bandas de rock como estas tienden a resultarme ya algo repetitivas y aburrirme un poco, y sin embargo aquí pasa algo distinto. Hay algo que me lo vuelve interesante y no me doy cuenta qué es, hasta que Bochatón decide no cantar uno de los temas y obliga a su bajista a tomar el micrófono, obviamente contra su voluntad. La banda sin voz suena a escenografía, pero cuando entona tímidamente algunas frases empieza realmente la música y ahí me cae la ficha de que lo que me atrae es ni más ni menos que la melodía, la forma particular, el estilo creativo y escapando de las opciones más previsibles con el cual se despega, se destaca de esa base sonora. Parece una obviedad, pero sin ese vuelo, ese carácter, el mundo sonoro es mucho más gris. El segmento del autor a solas con su voz y su guitarra con el que arranca la segunda parte del show permite confirmarlo. La melodía. Tan simple, tan importante, tan difícil y tan mágico.

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