Pensamientos al paso en el Cosquín Rock


  • Ir a un festival como éste es como ir a un curso de actualización. En tres días agotadores uno se pone al día de buena parte de las tendencias en el rock mainstream argentino y puede hacerse tiempo para escuchar todo eso para lo que durante el resto del año no siempre hay oportunidad. Habría que obligarse a venir a alguno de estos al menos una vez al año.
  • De alguna manera, la programación del festival es un aporte a la definición de un pequeño canon del rock argentino actual. Que Las Pastillas del Abuelo cierre una jornada al mismo nivel que Las Pelotas o Charly García, y que grupos más prestigiosos y de más amplia trayectoria como Babasónicos, IKV o Kapanga, o incluso internacionales como Molotov, tengan que tocar antes que ellos; o que Almafuerte cierre una jornada pero en el escenario B, pueden sorprender o ser cuestionables, pero habla de como está constituido el mercado en este momento.  Me encantaría poder ser testigo de las discusiones (si es que las hay) acerca del armado de la grilla de programación. Seguramente la expectativa de convocatoria de público debe ser uno de los ejes centrales a la hora de elegir las bandas a programar así como el escenario, el día y el horario en el que tocarán, pero seguramente no será el único.
  • Por supuesto, acá no está todo. Me imagino perfectamente a grupos como El mató a un policía motorizado, La Filarmónica Cósmica o a Rubin y los subtitulados tocando acá. Lamento no haber traído un ejemplar del libro de Martín Graziano para dárselo a Palazzo y proponerle una tarde en el Hangar (un tinglado transformado en el más pequeño de los escenarios) dedicado a una selección de cancionistas. De todas maneras, no creo que a la mayoría de ellos les interese. En parte lo entendería, pero pienso que sería un error privarse de llegar a más público en nombre de diferencia estéticas o éticas que no tienen por qué ser vulneradas en ámbitos nuevos.
  • El rock es cosa de viejos. ¿Cuantos músicos de menos de 30 años tocaron en el escenario principal? ¿Cuantos años de historia llevan ya artistas como Massacre, Babasónicos, IKV, Molotov, Ciro, Las Pelotas, por no mencionar casi todos los grandes popes de la primera fecha (Páez y los ex Serú)? El público es de edades más variadas, pero las grandes masas las hacen chicos que bien podrían ser los hijos de muchos músicos. La próxima quiero frecuentar mucho más los escenarios alternativos.
  • Aun entre la multitud es fácil reconocer a los periodistas: somos lo que tenemos remeras con nombres de bandas diferentes de las que tienen los otros cuarenta mil que circulan por ahí.
  • Será un vicio musicológico, pero me sorprendí de lo habitual que se volvió el uso de la cita musical. Muchos de los grupos que escuché en algún momento citaban melodías, frases características o directamente fragmentos de otras obras, sin aclararlo, a modo de guiño. Ciro utilizaba citas de temas de Los Piojos con su armónica en la introducción de algunas canciones, Viejas Locas citó la melodía de Miss you de los Stones, Las Pastillas del Abuelo la de Part time lover de Stevie Wonder; Charly García tuvo como miembro de su banda a Alejandro Pont Lezica con la función de poner pequeños fragmentos de discos de vinilo con músicas de películas, fragmentos de óperas, piezas como Rhapsody in Blue o hasta fragmentos de la guitarra de Yupanqui. Más ejemplos podrían darse si hubiese tenido la precaución de tomar nota a tiempo.
  • Una conclusión provisoria: no parece haber nada demasiado nuevo musicalmente en el rock argentino desde el menemismo (que es cuando surgieron buena parte de los grupos que se presentaron aquí o las tendencias que continúan), pero la necesidad de innovación parece ser el berretín de unos pocos, porque esto ni siquiera parece ser un problema para la mayor parte de los músicos, productores, crítica o público.

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