Luna Monti y Juan Quintero en Café Vinilo (27-III-2013)


Si pensamos que conocer la biografía de un artista nos permite comprender y apreciar mejor su trabajo, este show íntimo con canciones fuera del repertorio habitual puede ser también espiar tras bambalinas algunos de los ingredientes que hacen de Juan Quintero uno de los compositores más importantes de los últimos años y de su dúo con Luna Monti un verdadero placer. Ya desde el comienzo descolocan cantando en inglés y tanto la selección de autores, como de obras que esquivan los lugares comunes y la forma en que las interpretan muestran la importancia de no quedarse quietos ni dormirse en los laureles. Los pedidos del publico, anclados a la comodidad de lo ya conocido son un baldecito de agua fría afortunadamente bien resuelto en concordancia con el clima que ambos intérpretes, entreverados entre las mesas y bajo una poética lámpara adhoc, crean para este breve ciclo a la medida del Café Vinilo.

Axel Krygier, en Café Vinilo (23-III-2013)



Con tanta primera persona dando vuelta, a veces podemos olvidamos que existen la segunda y la tercera, con tanta realidad y reflexión a veces nos olvidamos de la fantasía y la imaginación; y con tanta autobiografía, puede llegar a dejarse de lado la literatura o el hipnótico arte de contar historias. Escuchar estas nuevas canciones presentadas en borrador, solo con un piano (o con los talentosos Christian y Alejandro Terán) y a medio terminar, es un poco entregarse al embrujo de la narración de estas pequeñas aventuras, esta especie de mil y una noches de Axel Krygier.

Edgardo Cardozo, en Café Vinilo, (1-III-2013)


Hace ya tiempo aprendí que las explicaciones de los autores no deben tomarse como la supuesta forma correcta de entender sus obras. Uno no siempre sabe claramente lo que quiere lograr, o directamente puede, con o sin intención, armarse un discurso acorde a lo que piensa que los otros quieren oír. En sus breves comentarios entre tema y tema pareciera que Edgardo Cardozo se esfuerza en recordarnos lo sombrío o amargo de algunas de sus canciones: el recuerdo de una abuela, el homenaje a un amigo fallecido, las secuelas de un accidente que lo dejó cerca de la muerte, cambios que no se sabe si son para bien o para mal... Pero diga lo que diga -y él seguramente habla con sinceridad- su repertorio, con su particular estilo de cantar y tocar la guitarra, puede también escucharse con una luminosidad que encandila, de un tono casi de elevación espiritual, como una droga que hace querer sacar pecho y que, como dice la canción de Gabi La Malfa -que grabó alguna vez junto a Juan Quintero y que no cantó esta noche en el Café Vinilo- "me lleva como si me abriera paso entre la selva como un rey".